Cascadas

Estiré mis brazos y me recosté sobre la hierba, mirando el lago. El ruido de las aguas me relajaba y me adormecía, tal como si fuera uno de los más poderosos somníferos. El suave cantar de los pajarillos y la brisa acariciando mi piel, no lograban siquiera desperezarme, conformando el dulce sonido de la naturaleza, un rumor entre sueños. Ya a poco me quedaba dormida... El silencio de mi entorno, pese a que hacía juego con una naturaleza casi virgen del lugar, me hizo, aún entre sueños, dudar. Mi Ojo Interior me lo advirtió. Abrí los ojos y me reicorporé lentamente. Nuestra miradas se cruzaron, nunca había visto a esta persona antes.

- Hola... ¿Puedo ayudarte en algo?- Dije cortézmente.

Él contestó caballerosamente, y yo sonreí con ligereza. Entonces me estremecí, mi ojo interior me dijo algo más.

- Procura vigilar tus pasos- Advertí- Algo me dice que cinco metros más allá, tropezarás nuevamente...

- Pues adivinaste bien- Dije manteniendo mi sonrisa- Creo que soy un poco obvia ¿No?

No pude evitar soltar una suave carcajada al oír su respuesta. Siempre me han dicho que soy muy evidente, sobretodo cuanto a mi profesión se trata.

- Mucho gusto- Saludo haciendo una sencilla venia con mi cabeza- Mi nombre es Bianca Black, soy nueva por estos lares y efectivamente, estudio Advinación... - Me presenté nerviosamente, intuyendo que él debía corresponder a un profesor o alguien importante.- Disculpe si peco de ignorante, pero ¿Usted imparte clases aquí?

- Vaya...- Dije sorprendida, y a la vez avergonzada. Creo que rayé de parlanchina con mi presentación, me sonrojé un poco. Lo analicé un segundo con la mirada, y la verdad es que no pude evitar darme cuenta de su gargo y actitud digno de Slytherin, pero como que a pesar de su importante rango, su actitud jovial, no me hacía calzar la imagen de Profesor, siempre estereotipada de viejos y anticuados.

- Disculpe si soy atrevida, pero bien parece demasiado joven como para ser profesor, digo, no es que quiera descalificarlo que no tenga competencias para ejercer, sino que se ve tan sólo unos años mayor que yo- Dije nerviosamente, sin querer sonar maleducada. Aunque con el defecto que tengo de que me malinterpreten, temí que si lo hiciera.- No sé si me entiende...

Vi cómo su semblante se volvía tensa, seria. "Oh, Creo que no debí haber dicho eso" Pensé "Ahora si me toca de profesor de algo, me cocinará" Dije para mis adentros, por la desubicación que había cometido.

- Lo siento, no debí decir eso- Me disculpé. Su rostro serio, me inquietaba.- No suelo guiarme por las apariencias, pero con usted es diferente, pues como dice, veo que son pocos los años que nos separan...- Repetí, mirándolo con cautela, sobretodo la tranquila sonrisa que dibujaba por su rostro.- Supongo que como buen Slytherin enseñará Defensa, Pociones, o quizás, Artes Oscuras, ¿O me equivoco?- Antes que contestara, no pude evitar perder un poco de compostura.- Disculpe Profesor, pero ¿puedo llamarlo Joseph a secas? Es que la verdad se me hace muy incómodo tratarlo como un anciano...- Confesé sonriendo, quizás era mucho el exceso de confianza, pero ya se me hacía insostenible tratarlo de usted de momento.- Bueno, al menos tutearlo por ahora, digo, hasta que empiecen las clases... O hasta que entremos al castillo.- Dije entrando en razón lo que acababa de decir. Creo que tendré que ponerle un hechizo a mi boca para no decir tanta barbaridad junta. De segura ya me echaría de Hogwarts al paso que iba.

"Tuve suerte que fuera amable" Pensé aliviada, mientras me respondía lo primero. "Al menos dejará que le hable con más sultura" Aunque mientras hablaba de su docencia, admito que me intimidaba un poco. Supuse que era el tono, muy de hombre serio y educado. Slytherin en la extensión de la palabra.

- Ojalá así fuera "Joe"- Comencé dibujando una gran sonrisa en mi rostro- Ojalá pudiese estar en alguna de tus clases- Repetí pensativa, siguiendo un poco mi intuición- Aunque creo que algo me dice, que elegirás Pociones (N/A: xD), al menos, así veo...- Dije borrando lentamente mi sonrisa- Lamentable que Adivinación no tenga Pociones...- Comenté con voz apagada. No era mi intención sonar así, pero fue inevitable. Siempre he sido alguien demasiado expresiva, para mi desgracia.

No pude evitar sonreir. Supuse, quizás estaba errada, pero de alguna manera me quería en su clase, y no lo niego, yo también estaba entuciasmada en volver a estudiar pociones como antes, cuando estaba en mi antiguo Colegio. Escuché lo último que me dijo, en un tono forzadamente, casual. Eso me hizo sonreir, todavía más.

- Todo lo contrario- Dije largando una suave risilla, respondiéndole- El que me trate de usted me hace sentir importante, casi sin serlo- Comenté timidamente. Y luego añadí- Y me encantaría cursar Pociones este Semestre, sería una grata experiencia, sabiendo el Profesor que la dicta.- Dije sonriente, aunque sentí cómo un poco de color pintaban mis mejillas. Respiré hondo y luego pregunté- Por cierto Joe, ¿Porqué no te sientas un rato en el césped? Veo que estás un poco incómodo, dando pasos de un lugar a otro...- Comenté.

Suspiré tranquilamente, ya al verlo sentado cerca. Desde el ángulo que lo veía, lo notaba bastante guapo. Tal vez era por el porte elegante y serio, que llegaba inclusive a intimidarme. Era tan diferente a mí, que me alarmaba del cómo habíamos cruzado un par de palabras, sin que ninguno de los dos saliera corriendo. Sobretodo él, considerando que yo suelo proyectar la imagen de una hippie en decandencia (Defecto que creo que posee un gran número de Adivinadoras).

Chasquié la lengua despreocupada y miré al cielo.

- Me temo que usted no sale mucho al aire libre ¿No?- Le pregunté- Siento vibras muy fuertes que lo atan mucho a su docencia, dejando muy de lado la diversión...- Dije volviendo mi mirada hacia él, sonriéndole- ¿Tienes familia, amigos.... Hijos?

Noté cierto note de pesar en su tono de voz. Pensé que no debí ser tan insensible como para recalcarle en la cara su evidente soledad. Me sentí mal por eso.

- No te creas- Contesté seriamente a lo último, negando con la cabeza repetidas veces- Tengo 5 hijos...- Bromeé. Aunque él pareció no darse cuenta.

Solté un ligera carcajada, jamás pensé que me fuera a creer, siendo que soy una muy mala actriz.

- Eres muy ingenuo ¿Lo sabías?- Comenté echando mi cabello hacia un lado.- Lo que si es verdad es que no tengo hijos...- Dije con una leve entonación- Y no pretendo tenerlos hasta un largo tiempo más...-Sonreí- La vida es corta y hay que disfrutarla ¿No lo crees? Y sobretodo tú que veo que eres un ratón de biblioteca...- Dije sonriendo- Creo que a tu vida le hace falta un poco de Rock- Dije sin evitar reir, esperando su reacción.

- ¿Como qué cosas?- Pregunto con curiosidad.