Cascadas

- Tienes razón- Convine, obeservándolo detenidamente.- ¿Y cómo lo descubro, eh?

Asentí con la cabeza y lo miré pensativa.

- Me parece que es una muy buena manera- Dije sonriéndole, sabiendo perfectamente que mi piel ya se encontraba nuevamente en la paleta de colores carmín- ¿Pero será mucho tiempo el necesario?- Pregunté, ocultando mi ansiedad.

Lo miré timidamente, sabiendo que le causaba de mucha gracia mi sonrojo. No pude evitar sentirme avergonzada.

- En ese caso... También de ti..

- Por supuesto- Dije al momento que cogía su mano con suavidad, levantándome- Creo que sería bastante agradable- Le sonreí, notando que sin querer había quedado muy cerca de él.

Noté cómo la distancia no aumentaba, y me descoloqué un poco. No estaba acostumbrada a aquello, lo que no quería decir que no lo disfrutara. Lo que así era. Sobretodo después de oler su fragancia, su perfume, el cual me dejó levemente embobada. Reconocí en ese instante, que tal vez, me gustaba un poco.

- ¿En qué piensas?- Le dije, luego de unos minutos de caminata sin decir palabra.

- ¿Ah si?- Pregunté extrañada, entrecerrando los ojos- ¿Qué te intriga de ella...?

Abrí la boca para contestar, pero en seguida la cerré, sin saber bien qué decir.

- Pues...- Dije lentamente- En nada muy interesante...- Mentí sonriendo inocentemente, viendo su reacción.

- Ehm...- Desvié mi mirada de él, tratando de parecer casual- Me agradó tu perfume... Es como... Intenso...- Noté por el ravillo del ojo su expresión.

Lo vi acercarse, ladeando su cabeza cercano a mi cuello, con el pretexto de reconocer mi aroma. Sentí en ese instante que mi corazón estallaba por dentro. Fue tal la impresión, que me olvidé de respirar un momento. Titubié en una sonrisa nerviosa, aún sin apartarme en lo más mínimo de él.

- Me pregunto porqué no has caído como presentí...- Dije como para aliviar el ambiente, que de a poco (O tal vez rápidamente, aún no lo sé), se volvía más tenso quimicamente.- Son pocas las veces que me equivoco en un augurio...- Quise sonar extrañada, sonriendo nerviosamente, sin importarme menos algo como eso. La cercanía entre nosotros era el tema que más se me colaba en mente. Nada de presagios.

- Bien...- Suspiré, intentando parecer de lo más normal- Siempre habrá una primera vez como para equivocarme ¿No?- Comenté tratando de soportar su penetrante mirada, con calma forzada.- Me alegro que no te hayas tropezado...- Musité, mientras sentía el vértigo. Su mirada se clavaba en la mía con una fuerza que jamás hubiese imaginado. Era casi hipnotizante.

- Si, tienes razón...- Dije bajando la voz- Y gracias- Musité, sonriéndole, sin lograr a estar menos calmada. No sabía a qué atenerme en ese instante, mientras sentía que el espacio entre nosotros se reducía más, sin que ninguno se moviera.- Hace calor, no crees?

- Demasiado obvio- Asentí avergonzada, bajando la mirada.- Creéras que soy una tonta, pero a pesar de que me siento...- Lo pensé un poco- Extraña... Me gusta la sensación...- No podía creer lo que acababa de decir y me mordí el labio nerviosa.